16.10.09

Mañana es el día

Mañana es el día en que muchos de los que me conocen se quedarán tranquilos. Ya nunca más tendrán que oirme hablar de 'mi amiga la que se casa en octubre'. Mañana una de mis mejores amigas se casa y aqui estoy, a menos de 24 horas, sin terminar de creermelo.

Ya os hablé de los fantásticos zapatos que me compre... al final no me los voy a poner. Después de dos días de pesadillas, en las que me caía sobre el cura intentando subir los escalones para proceder a la primera lectura, he entrado en razón y me he comprado otros. Ni siquiera son de fiesta y mi madre está indignada porque dice que deslucen el vestido pero, pensandolo bien, creo que un vestido que cuesta lo que este no necesita unos superzapatos al lado para lucirse. A lo que sí he cedido por no escucharla (a mi madre) es a lo de las perlas. Gargantilla y pendientes (motivo suficiente para que los que ya piensan que soy pija se reafirmen).

Ahora en un rato he quedado con la novia. Creo que estoy yo más nerviosa que ella y eso que en las últimas horas ha habido un par de imprevistos que la tienen algo preocupada. Yo me guardo los nervios y solo le digo que mañana todo saldrá perfecto, que así son todas las bodas.

Y por la mañana a la peluquería. Al final me voy a recoger el pelo a un lado, a lo Penelope Cruz en plan glamouroso (jajajajajajaja), me visto en casa de mi amiga Cristina que es la que me va a llevar en el coche y a las doce y poco en el centro. En Jesús de Medinaceli, al lado del congreso de los diputados. Ahí es la boda. A la una (con retraso seguro) estará entrando por la puerta la novia. Intentaré aguantar las lágrimas para que no se me corra el rimmel y cuando el cura me llame subiré a leer no porque crea en él, si no porque sé que para los novios es importante y solo por eso también lo es para mi.

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