El final del verano

Sí, sí, sí. Ya sé que cuando muchos lean esto pensarán que soy una exagerada, que aún nos quedan unas semanitas de buen tiempo, que no digo yo que no... pero vamos que cuando hoy me he levantado y me he asomado a la ventana he sido perfectamente consciente de que aqui el verano se ha acabado. Y una vez más me he quedado con la sensación de que me han faltado cosas por hacer. No he ido lo suficiente a la playa, no he disfrutado lo bastante del tiempo libre y me he quejado mucho del calor.

Es verdad que este verano ha sido especial. Lo ha sido por los muchos buenos momentos que he pasado rodeada de un montón de gente que me ha hecho reírme como nunca. Lo ha sido también por el tiempo que he pasado con mi familia, especialmente con mi hermano. Por la Feria de Ceuta, más loca que ninguna de las que había vivido... Por eso hoy, al mirar al cielo nublado he sentido pena de que se acabara.

Ayer un amigo me decía que soy una dramática (conste que lo reconozco y que nunca lo he negado) y que tenía que aprender a mirar el lado positivo de las cosas. Así que haciendo un ejercicio de verdadero optimismo (de esos que no suelo hacer) he pensado que quizás este otoño sea aún mejor que este verano. Espero verlo con vosotros. Para saberlo la solución es sencilla, sólo hay que dejar que pase el tiempo.