26.1.09

A piñas

Me siento a escribir esto aún anonadada ante lo sucedido y es que creo que es lo único que me quedaba por ver. El subdirector de Menores de la Ciudad se lió a piñas el viernes en el Divine (un bar de copas) con el secretario de Comercio y Hostelería de CCOO. El porqué es la denuncia presentada ante la fiscalía de menores por el sindicato por supuestos malos tratos a los internos en el centro de reforma de Punta Blanca (es decir el reformatorio de Ceuta), denuncia en la que no tiene nada que ver el secretario de comercio y hostelería.

Y como lo más normal en toda democracia es liarse a guantadas con el denunciante, el subdirector de Menores eligió a uno de los miembros de CCOO para enseñarle de que color son las banderas. Una vez más, una vergüenza.

Vergüenza que se ve acrecentada hoy con la decisión del consejero de Presidencia, responsable del área de Menores, de no proponer el cese de este individuo, que decidió tomarse la justicia por su mano, en el consejo de Gobierno. Para el consejero el asunto de la pelea es anecdótico y lo realmente importante es que el sindicato CCOO, según sus palabras, ha acusado a los trabajadores de menores de maltratar a los internos en Punta Blanca.

Lo siento pero no me sirve el argumento. Puede que CCOO haya denunciado sin tener pruebas firmes, eso lo decidirá la fiscalía de Menores que es la que tiene que investigar, pero esa denuncia no es motivo ni excusa para que un cargo público (y de confianza) se dedique a ir partiéndole la cara a los sindicalistas.

19.1.09

Machismo

No debería estar escribiendo aqui porque debería estar estudiando pero es que cuando me indigno no puedo concentrarme hasta que no lo suelto. El caso es que mi padre ha venido unos días a verme, la verdad es que ya tenía ganas porque tener a alguien que te quiere y te mima en casa siempre es agradable. Del tiempo que él estuvo viviendo en esta pequeña, dulce y marinera (deberíamos incluir machista) ciudad conserva algunos amigos con los que quedamos a cenar el sábado. Éramos 4 matrimonios y mi padre y yo. La sorpresa fue cuando al irme a sentar cerca de mi padre en la cena uno de los machos ibéricos me dijo que no, que las mujeres iban al otro lado de la mesa. Me cambié, claro, pero el "Manda cojones" no me lo quitó nadie de la boca (y eso que mis padres se han esforzado por que sea educada pero en estas situaciones es superior a mi).

Hoy la historia ha sido diferente. Me he pasado toda la mañana currando, he estado con mi padre una hora comiendo de mala manera y me he vuelto a ir a trabajar. Habíamos quedado en tomar algo por ahí cuando saliera y cuando he llegado al bar donde habíamos quedado me he encontrado con que solo estaban ellos, los reyes de la casa. He entrado y he saludado, a pesar de algunas caras de "¿qué hace ella aqui?" (precisamente del mismo que me echó de la mesa el sábado), medio segundo después mi padre me estaba diciendo que si quería que me subiera a casa. Y me he subido, no por nada, si no por no liarla que me conozco.

El caso es que ahora la rabia me sube por la garganta porque no entiendo como las mujeres somos capaces de soportar estas humillaciones, como si fueramos menores de edad para escuchar sus conversaciones... ¿pero que se creen? ¿Cómo las mujeres de la generación de mi madre se casaron con engendros de este tipo? Si a mi me hace eso mi pareja ¡Arde Troya!

De todo esto sólo saco una cosa positiva... darme cuenta de la suerte que tengo porque mis amigos no son así, que hemos crecido con otros valores y que, por suerte, la igualdad es uno de ellos.

Pese a todo lo reitero. Me indigno.

5.1.09

Se casa mi amiga

Supongo que todos hemos de pasar por este momento pero cuando llega no deja de resultar surrealista. Estábamos tomando unas cervezas con nuestros respectivos cuando a bocajarro lo soltó "Bueno chicos, que nos casamos en octubre". Y se quedó tan pancha. A mi la boca se me debió de abrir hasta llegar a tocar con mis zapatos, no era capaz de articular palabra...

Mi amiga, la ligona del grupo, la de hoy un novio y mañana otro, la de las fiestas sin fin, la de ir a Pacha las dos solas cuando las demás no querían salir, la de las risas en la biblioteca, la que ocupaba el último puesto junto a mi cuando el resto de nuestras amigas hablaban de boda... Se casa y es la primera. Y creo que estoy yo casi mas emocionada que ella. No quisieron decirme nada hasta que no nos viéramos en persona para darme la sorpresa, y vaya si me la dieron. Estoy muy feliz porque ella es maravillosa y él, él es un crack, pero de verdad. ¡Qué alegrón más tonto!

Y claro la pregunta siguiente fue la esperada "¿Y vosotros cuando?". Nosotros nos miramos y nos dio la risa. "Tendremos que esperar a vivir al menos en la misma ciudad ¿no?" contesté. Una respuesta que me temo que a patir de ahora tendré que dar más a menudo.