26.7.09

Sin feria no hay paraiso

Queda menos de una semana para que lleguen los dias más temidos del año a Ceuta Tv. Las Fiestas Patronales de Ceuta, en honor a la Virgen de África, empiezan el próximo sábado y en la tele se empieza a preparar todo lo que va a suponer el programa especial de Feria que este año se llamará 'Sin Feria no hay Paraiso'.

La verdad es que nos encanta hacer el programa, nos divertimos mucho y tenemos una excusa para hacer el idiota delante de la cámara por lo menos una vez al año... pero lo cierto es que supone mucho más trabajo que el resto de días del año, con el horario cambiado (entramos a trabajar por la tarde porque hay que trabajar por la noche)y el cansancio acumulado porque, claro, un ratito tomando algo te quedas en el recinto ferial.

Este año habrá novedades aunque se mantendrán secciones del pasado. Alguna gamberrada similiar a la del baile del plátano se les ocurrirá a las mentes pensantes y ya están planeando una cabecera que me da miedo solo de pensar en ella. Tendreis que verla.

14.7.09

Historias para recordar

Me suele pasar. Cuando la gente no me conoce piensa que soy una estirada. No es por nada en concreto, supongo que será por mi aspecto de persona seria y mis facciones duras. Demasiado grande, demasiado morena... esa pinta de mala de telenovela (como decían mis amigos de la facultad) que me acompañará siempre.

Mi amiga Chus y yo nos conocimos cuando teníamos 16 años y no nos caimos bien. Eso fue al principio, claro, porque hoy somos uña y carne. Hoy mi amiga Noelia me ha hecho recordar aquellos tiempos cuando me ha dicho "yo pensaba que eras una siesa". Y de pronto un día empezamos a conocernos y todo cambio. Nos caimos bien. Y nos hicimos amigas, nos apoyamos...

Hoy hemos recordado un día que yo pasé por su trabajo y estaba con un par de compañeros. Mientras yo hablaba alguno hacia gestos por detrás. En aquel momento yo no sabía que ellos también serían mis amigos y hoy al comentarlo sólo hemos podido decir "cuantas historias tenemos para recordar". Imagino que en eso consiste la amistad, en dar oportunidades a la gente y pensar que siempre tienen algo bueno que aportarte. Cada día me alegro más de haberme quedado y dar una oportunidad a toda la gente que me quedaba por conocer. A pesar de los pesares.

8.7.09

Recuerdos de mi niñez

No sé a que edad comienzan a tener recuerdos los niños, no sé cuantos años hay que tener para recordar, lo que sé es cual es uno de mis primeros recuerdos. Dos niños de 3 años y poco mirando unos globos aerostáticos de la mano de sus padres. Ibiza, año 1986. Mi padre tenía 27 años, tan solo uno más de los que yo cumpliré este viernes, y me agarraba la mano mientras yo vestía un chandal rosa con gorra a juego. No es que me acuerde de la ropa, es que he visto fotos de ese día durante años. Jose agarraba la mano de su padre y los dos mirábamos esos enormes globos con fascinación. Hoy Jose ha cumplido uno de sus objetivos, le han entregado su despacho de teniente en una ceremonia en la Academia Militar de Zaragoza y mis padres han estado alli.

Yo estaba invitada pero decidí no ir y quedarme a celebrar mi vigesimo sexto cumpleaños en Ceuta. Creo que no veo a Jose desde que teníamos 13 años, media vida. Sin embargo mis recuerdos son de la época de los globos en Ibiza. La época del barco pirata de Playmobil, de los walkie talkie del cuarto de los niños al salón, la época de mi cuarto cumpleaños cuando tratando de tirar de la piñata acabe estrellada contra un cactus y mi padre limpiandome la sangre que me hicieron los pinchos (siempre fui muy torpe). De aquella época es también el recuerdo de la frase "Laurota de combate" que tanto utilizaba el padre de mi compañero de juegos. El verano pasado cuando nos vimos en Melilla volvió a utilizarla. Aunque "Laurota" fuera ya una mujer independiente él sólo veía a una niña de 4 años.

En aquella época sólo éramos dos, mi hermana Raquel y yo. Ella era un bebé y mi hermano Fernando ni siquiera estaba en pensamiento. De aquel tiempo es mi disfraz de bruja (me asustaba a mi misma en el espejo) y el de Jose de mosquetero. De aquella época son los recuerdos del miedo a las hormigas rojas de los árboles de abajo de casa y los de las calas a las que nuestras vecinas nos llevaban a bañarnos para darles un respiro a nuestras madres.

Creo que ya he dicho que en menos de dos días cumplo 26 años. Sé que no son tantos pero estoy nostálgica.

6.7.09

Hablar de todo sin saber de nada

Este fin de semana fui a cenar con unos amigos. Yo era la única periodista y confirmé la impresión de que ejerzo una profesión que nunca deja contento a nadie. Todo empezó por un comentario de esos que solemos oir a menudo "los periodistas hablan de todo sin saber de nada". Lo cierto es que no era contra mi pero me entró ese afán de defensa del periodismo que me suele invadir en estas ocasiones.

Reflexionando en frio tengo que admitir que algo de razón no le falta. Que algunas veces vivimos tan apresuradamente que no nos paramos en los detalles, que puede que no podamos apreciar la realidad tal y como a los afectados les gustaría pero lo cierto es que en la mayoría de las ocasiones ponemos toda nuestra voluntad en hacer las cosas bien. Es cierto que no podemos saber de todo lo que hablamos pero para eso consultamos, llamamos a unos y a otros, intentamos ser lo más cercanos posible a la verdad...

Otra de las cosas sobre las que se habló en esa cena fue sobre los medios al servicio de los poderosos. Cuando iba a la facultad me agobiaba el convertirme en una piececita más del sistema, plegarme a los intereses de los que tienen el poder político, económico o de cualquier tipo. Ahora, con mi corta experiencia, he aprendido que para no ser una pieza del sistema hay que saber moverse en el límite, intentar denunciar lo injusto, escribirlo y que sean otros los que decidan no publicarlo porque al final, por muy romántica que sea esta profesión cuando estudias, la decisión no es tuya.

En fin, que la cena me ha hecho pensar. Dedicarse a esto tiene que ser absolutamente vocacional porque a veces el periodismo es una auténtica mierda. Una basura a la que algunos vivimos enganchados porque sabemos que no queremos hacer otra cosa, que nacimos para contar lo que pasa aunque a veces como lo contamos no sea del gusto de todos. En esos casos en que tus palabras no gusten siempre habrá (y conste que no lo digo por mi amigo) alguien que te acuse de hablar sin saber.